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Mostrando entradas de 2017

RELATOS

Relatos Hola, soy Chela. Soy una mujer llena de amor, de espíritu, de humildad y buen humor. También tengo muchas historias que contar. La historia que cuento con más ganas es la de mi vida amorosa. O mejor le llamaría: tormento pasional. Sí, tal como otras mujeres de esta sociedad, viví durante muchos años la opresión, la crueldad de alguien que creía que conocía. No me considero vieja. Creo que mis ganas de vivir me hacen sentir muy joven. A mis cincuentaytantos, las únicas experiencias cercanas a la muerte me las provocó mi expareja. Por su culpa, llegué a detestarme a mí misma y a sentir desprecio por otras personas. Un mal día, decidí que solamente yo me ocuparía de mi fin. Paradójicamente, ese día, descubrí que podía dar pasos sin el sostén de nadie más. Ese fue mi momento de repensar mi propósito en este mundo. De repente, vi mi destino, me vi a mí siendo capaz de respirar, viendo las estrellas con gratitud por su brillo, considerando otras opciones. Yo soy más de lo qu

HISTORIAS

Historias No vale la pena vociferar historias que no les sirven a otros. Cada personaje va por el mundo construyendo su libreto único; así como las aguas deben recorrer diferentes trayectos. Las corrientes por sus caudales y las historias con sus hechos.  L as historias que no se cuentan, que se guardan con cautela, que disimulan los hechos inalterados, que perpetúan la franqueza del interior y que conservan la chispa de la audacia más personal; consagran la felicidad duradera. Esas mismas historias inmortalizan sus propios orígenes, recorren sigilosamente el tiempo, se convierten en testigos de los vaivenes vividos, callan y, recuerdan la importancia de la prudencia en cualquier situación. Seguirán siendo historias que -aunque  no sean contadas- aconsejan o se vuelven moralejas eficaces. Si no se les escribe un final, seguirán siendo lo que son. Si no se cuentan. Si no se les vulgariza. Si se les mantiene secretas, gozarán indefinidamente de su funcionalidad. Las historias -que

ASÍ

-Ya me iba. Si tienes cojones para contar, sabrás cuánto tiempo llevo esperando. -Hola. No me da gusto saludarte pero lo hago. No son más de cuarenta minutos. Ya hubiera querido yo no haber tenido que venir. Aquí estoy. Lo siento mucho por la demora, de todas formas. -Tú me citaste y me has hecho esperar. Esta soberbia tuya me jala los pelos. -Las disculpas son sinceras. Estaba en el quirófano y el procedimiento tuvo complicaciones. -Pudieras ser preciso y aceptar que pudiste haber cometido algún error, olvidaste hacer algo, no planificaste bien o yo qué sé; en lugar de hablar impersonalmente. -Como digas. Me conoces bien. Ahora, te llegarán los documentos de la separación de bienes. Me gustaría que los vieras bien, te sentaras inmediatamente con tu abogado y emitieras una respuesta que me hagas saber con prontitud. -Vaya manera. Yo veré cuánta prontitud le doy a tu valiosa solicitud. Dime algo, ¿no crees que esto no se pueda resolver debidamente a sus tiempos de acuer

Mares

MARES Los mares con olas de tinieblas Permanecen lapsos en la sal Quemada sobre las estrellas Llovidas sin luces ni velocidad. Los mares de siniestros tonos azules Profundos, mortales, incipientes, corridos. Esconden escombros. Finos eslabones Causan en profundidades el penoso olvido. Los mares cumplen sus profecías Desde la distancia esquiva del cielo Sobre la vastedad que se desvía Hurgando presencias como huecos. Los mares no pueden ver lo que albergan, Tampoco se vestirán para ninguna ocasión. Sus turbulencias hipnotizan con poca reverencia: No siempre es el pago de la humana desproporción.

SUEÑO

Sueño Hace más de dos horas tuve la última comida del día. Tengo la pijama puesta, mi almohada me espera. Me meto a la cama esperando el reposo que necesito. Mi calor es suficiente para sentirme complacido y aliviado en mi soledad. A nadie le doy las «buenas noches». Nadie cuida mi sueño. Transpiro mi calma, siento la respiración y mi peso sobre el hombro derecho, las rodillas que rozan, un talón tropieza constantemente los dedos del otro pie. Soy todo yo en la atmósfera de mi penumbra mientras que el cansancio del día provoca la inconsciencia. Ya en el sueño soy más poderoso: el elefante blanco de tres ojos que caga lotos y transforma lo maligno en benigno. El animal que se ríe bajo la lluvia fría y se complace con los astros en la inmensidad del cielo, así como la naturaleza en la bastedad de la tierra. El animal que siente placer aplastando cráneos y corazones podridos hasta que únicamente hay seres que irradian colores vivos de serenidad y armonía. Un lago para reposar,

Sangre por moral

Sangre por moral Una señal: un déjà vu fragmentado, en cuyo fondo se distinguen piezas de Wagner, mas la luz es oscura (oscura y no tenue). Hay una repetición constante del peligro, mientras que las tripas crujen por los nervios y la respiración sale y entra cortada. Un déjà vu que se convertirá en experiencia. Un paisaje: una azotea citadina de un edificio bajo entre los límites de una ciudad y un bosque homónimos. Ruidos fluyendo entre el aire semihúmedo, de las gentes, de la ciudad misma, del eventual eco abrumador.  El contexto: el silencio cínico que evita escándalos. En el silencio obligado, las creencias se transforman. Cuando la moral se vuelca, aparece el deseo más puro de realizar una venganza aliviadora. Al fin y al cabo, humanos; así que, mientras que el pensamiento de algunos repudia la crueldad, el de otros celebra el coraje de tener una moral definidamente individual. Causa posible: o el dolor o la injusticia del hombre. Una imagen: sangre, un cuerpo

LA COINCIDENCIA DE LA PARADOJA

La coincidencia de la paradoja Cada mayo, como en abril sin un adiós, sin un saludo. La lluvia ya aborrecida permea la humedad sobre los rostros, Y con ella, la quejumbre y el desdén. Como quien va y viene sin avisar en casa nobiliaria, Como quien se empeña en mirar aturdido sobre la transparencia del agua. Cada pájaro, como cada insecto en una cadena casi perpetua. Así mismo la flor le entrega su néctar al colibrí imparable; Tal cual, sigue el día su curso para terminar en la noche y repetirse otra vez. Como el viento que se forma y se renueva sin sensaciones ni propósito Pero trayendo consigo lo suyo. Tan triste, como feliz, ocasionalmente. Como el  sí  emocionante que se expira con tranquilidad O el  no  resentido que anuncia la tregua olvidada, que ahora Se convierte en guerra y amenaza con causar heridas irremediables. Cada día lluvioso, como cada día de sol se dibuja la sonrisa, Se camufla el llanto; el alma finge la calma y bota las penas ins

Devoto

Devoto: El inframundo de los vivos tiene más lujos Que el paraíso de los elegidos. Allí se disfruta más en medio de los pecados Y la absolución de culpa a la que incita la libertad. Más allá del libre albedrío, es el instante, En el que se vive en La -lujosa- Tierra Prometida Con la opción de perder lo que no vendrá.  Este es el mundo en el que la realidad nos engaña. Donde el paraíso está bien vivido.   La mente es altamente manipulada y la vergüenza legitima la condena. En este mundo, las prácticas difieren del protocolo de beatificación: El ejercicio de actos impuros domina sobre la pureza del espíritu, Mientras que los osados violadores de los mandamientos Son proclamados aptos para la veneración en masa.   Tres amenes no resucitan al moribundo. Tampoco, tres avemarías borran los pecados Ni la purga se hace a punta de latigazos. Hay inmundicia en cada carne y cada cual, Hay cada testaferro que se vuelve marginal.
LUNA MÍA Sígueme hasta donde los caminos vuelven a separarse. Andaré el día, con cautela, bajo sombras y refugios. Taparé mi alma en otra luz, mientras que te reparas. Regresarás, cuando mi espera presencie tu misterio. Sonríeme con tus figuras lentas, medianas, circundantes. No calles tu espacio, no apagues la llamarada. Ni suenes en mi eco sordo, incompleto en la nada Sin la niebla opaca y gruesa sobre la arena mojada. Muéstrame la cordialidad de tu armonía penante Sin la exuberancia de la sombra que no podré ver. Aquí cerca, relativa. Allá lejos, efímera, palpitante. Espumosa, lujosa, reinante de paz resplandeciente. Haz de mí, también, lujo entre joyas, ola sobre aguas. Quiero ser aire fino para pasar -sobre rostros- sin olor, Con la evidencia del rastro invisible, mero, deliberado. Qué las criaturas nos esperen. Qué la calma se pierda. Dame el don de la distancia agotable, en tanto alcanzable. No hay sabiduría que iguale esa fuerza, tu

Mentir y morir

Mentir y morir Se perdió la vida en un juego anormal, psicótico, enfermo, destructivo. No hubo calamidad suficiente para destruir lo hecho. Tampoco la habrá. Antes, hubiera sido necesario destruir lo dicho, que quedó escuchado, que fue recordado, que se repite aún en el subconsciente. Y ya hecho, todo acto es venerado en su misma consumación. La mentira fue el arma más fulminante, el alma fue siempre el objetivo. Cualquiera podría tener, ante ellas, las mejores defensas. Aunque, hasta el más fuerte llega a estar vulnerable, vulnerado, indefenso, envenenado, fulminado, muerto, enterrado, desaparecido, olvidado. Cuando el destino es el fin, todo acaba. Como el eco, como la luz, la risa, la orientación o el fluido de la sangre por las venas. Como la tormenta o como la calma con la que ella misma cesa. La verdad también deja de tener sentido y está condenada a desaparecer, hasta que la mentira no tenga razón de ser y también a ella se le dé un final. Pero para cuando quiera