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Mostrando entradas de febrero, 2017

Devoto

Devoto: El inframundo de los vivos tiene más lujos Que el paraíso de los elegidos. Allí se disfruta más en medio de los pecados Y la absolución de culpa a la que incita la libertad. Más allá del libre albedrío, es el instante, En el que se vive en La -lujosa- Tierra Prometida Con la opción de perder lo que no vendrá.  Este es el mundo en el que la realidad nos engaña. Donde el paraíso está bien vivido.   La mente es altamente manipulada y la vergüenza legitima la condena. En este mundo, las prácticas difieren del protocolo de beatificación: El ejercicio de actos impuros domina sobre la pureza del espíritu, Mientras que los osados violadores de los mandamientos Son proclamados aptos para la veneración en masa.   Tres amenes no resucitan al moribundo. Tampoco, tres avemarías borran los pecados Ni la purga se hace a punta de latigazos. Hay inmundicia en cada carne y cada cual, Hay cada testaferro que se vuelve marginal.
LUNA MÍA Sígueme hasta donde los caminos vuelven a separarse. Andaré el día, con cautela, bajo sombras y refugios. Taparé mi alma en otra luz, mientras que te reparas. Regresarás, cuando mi espera presencie tu misterio. Sonríeme con tus figuras lentas, medianas, circundantes. No calles tu espacio, no apagues la llamarada. Ni suenes en mi eco sordo, incompleto en la nada Sin la niebla opaca y gruesa sobre la arena mojada. Muéstrame la cordialidad de tu armonía penante Sin la exuberancia de la sombra que no podré ver. Aquí cerca, relativa. Allá lejos, efímera, palpitante. Espumosa, lujosa, reinante de paz resplandeciente. Haz de mí, también, lujo entre joyas, ola sobre aguas. Quiero ser aire fino para pasar -sobre rostros- sin olor, Con la evidencia del rastro invisible, mero, deliberado. Qué las criaturas nos esperen. Qué la calma se pierda. Dame el don de la distancia agotable, en tanto alcanzable. No hay sabiduría que iguale esa fuerza, tu