Con calma y serenidad
Con calma y serenidad Mas te repito algo que siempre escuchas tras actos de prepotencia: la arrogancia empobrece a l alma. Si en tu queja eterna desperdicias la esencia de tu pensamiento, recordarás que estás a punto de abandonar por completo la ilusión de la vida gloriosa. ¡Hasta dónde te dejarás llevar por la soberbia! Ya basta de esa esquizofrenia provocada y de petulancia manipuladora. Sé que hay algo más allá que causa gran molestia. No hay razón para tal hastío con quienes no tienen nada qué ver. Así me doy cuenta de que ignoras la razón de la objetividad, el principio de la justicia se desvía hasta el margen. Finalmente, ¿a quién le queda el alma más quemada cuando el viento llega por cenizas? Nadie debe de pagar las consecuencias de los actos ajenos de cobardía omnipresente y ceguera parcial. Ante tales actos de rabia, hay más vulnerabilidad en ti y, por supuesto, la amenaza se devuelve sangrante. ¿Te das cuenta a tiempo de tu terror? Tal vez no y se fuga la razón po