Pertinencia del feminismo negro:dilemas de la racialización de mujeres
Pertinencia del feminismo negro:dilemas de la racialización de mujeres
La lucha política del movimiento feminista ha servido hasta hoy entre otras cosas, para cuestionar y desestabilizar prácticas sexistas de dominación. Sin embargo, surgen cuestiones éticas hacia la misma actividad de los colectivos. Ahora, se desestabiliza no sólo el conocimiento cultural, científico universal dominante; sino que se pretende cambiar también la ideología del feminismo, o más bien de los feminismos dominantes, partiendo desde el compromiso por la transformación de las representaciones absolutas y bastante arbitrarias que reproducen los actos jerárquicos de subordinación. Por ende, nace el movimiento feminista negro, cuyas integrantes no comparten el significado de rótulos básicos de otros movimientos feministas y; declaran estar interseccionalmente atravesadas no sólo por la raza y género, pues también sufren las consecuencias de no ser económicamente privilegiadas; por lo que “las intelectuales negras contemporáneas luchan por reconceptualizar todas las dimensiones de la dialéctica de la opresión y el activismo (…)”. Se piensa entonces, un análisis que desarrolle no sólo el género como categoría analítica.El racismo se concreta también en la literatura feminista –como aprendizaje cultural e histórico reproductor de la opresión- o en el discurso activista político y, aún peor, en el ejercicio de la vida diaria; poniendo entonces a las mujeres negras como objeto subalterno. bell hooks (1984:46) expone esta cuestión de la siguiente manera:
[…] esto no es sorprendente, dada la frecuencia con
la que su discurso se dirige solamente a una audiencia blanca y se centra tan
solo en cambiar actitudes, antes que situar el racismo en un contexto histórico
y político. Nos convierten en objeto de su discurso privilegiado sobre la raza.
Como objetos seguimos siendo diferentes, inferiores.
hooks complementa su argumento reafirmando el concepto
de interdependencia. Por consiguiente, las feministas privilegiadas no son una
representación de aquellas mujeres que,
descritas por esta autora, mantienen y buscan conservar un perfil de dominación
sobre otras sujetas que tienen condiciones desiguales de ingreso a la educación
o de conservar un núcleo familiar, desde el cual puedan por lo menos criar a
sus propios hijos.
El desarrollo de esta hipótesis de hooks se concreta con la exclusión
intencionada. En principio, porque la discriminación por parte de aquéllas que
se sienten privilegiadas las aíslan de las nuevas formas validas de producción
de conocimiento; lo que se explica en la dimensión unilateral de ver las cosas:
autoindulgencia; vacuidad e indolencia (Leah Fritz:1979) de un discurso carente
de testimonios emancipadores, incoherentemente victimizadores de la realidad de
sujetas de color.
Entonces, esta lucha de sujetas racializadas se
debe entender no sólo como oposición a toda la suma de formas de opresión; sino
además como la comprensión y el hacer
entender de ese triple esquema que las subordina: “su sexo”, “su clase”, “su color” de piel.
Ahora bien, esa interdependencia de formas de
opresión es razonablemente determinante para la proyección guiadora de los
colectivos conformados por sujetas de
color. La importancia del rol de un movimiento feminista negro se definirá, por
lo tanto, en términos de la apropiación del carácter individual de cada integrante. En lo que Hill
Collins subtitula como “La interdependencia de experiencia y conciencia”
explica que
Las experiencias de las mujeres negras en el
trabajo y en la familia y sus raíces en la cultura tradicional
afronorteamericana sugieren que como grupo viven el mundo de forma distinta a
la de las que no son negras o mujeres. Más aún, estas experiencias concretas
pueden estimular una conciencia feminista diferenciadamente negra con respecto
a esa realidad material. Ser negra y mujer puede exponer a las
afronorteamericanas a ciertas experiencias comunes, que a su vez nos
predisponen a una conciencia grupal específica, pero que de ninguna manera
garantizan que tal conciencia se desarrolle entre todas las mujeres o que
llegue a ser articulada como tal para todo el grupo.
El resultado de estos principios, es una retorica más coherente. Se propugna claramente por una colectividad que parte desde la individualidad; pues ya está visto que en cuanto exista el deseo de ocuparse de las necesidades de todas, no será posible integrar positivamente todas las diferencias. De hecho, el colectivo feminista negro prioriza la individualidad para la creación de su ideología.Así es como una vez más esta lucha de sujetas racializadas se debe entender no sólo como oposición a toda la suma de formas de opresión; sino además como la comprensión y el hacer entender de ese triple esquema que las subordina: “su sexo”, “su clase”, “su color” de piel. La importancia del rol de un movimiento feminista negro se definirá, por lo tanto, en términos de la apropiación del carácter individual de cada integrante. En lo que Hill Collins subtitula como “La interdependencia de experiencia y conciencia” explica que
Las experiencias de las mujeres negras en el
trabajo y en la familia y sus raíces en la cultura tradicional
afronorteamericana sugieren que como grupo viven el mundo de forma distinta a
la de las que no son negras o mujeres. Más aún, estas experiencias concretas
pueden estimular una conciencia feminista diferenciadamente negra con respecto
a esa realidad material. Ser negra y mujer puede exponer a las
afronorteamericanas a ciertas experiencias comunes, que a su vez nos
predisponen a una conciencia grupal específica, pero que de ninguna manera
garantizan que tal conciencia se desarrolle entre todas las mujeres o que
llegue a ser articulada como tal para todo el grupo.
El resultado de estos principios, es una retorica
más coherente. Se propugna claramente por una colectividad que parte desde la
individualidad; pues ya está visto que en cuanto exista el deseo de ocuparse de
las necesidades de todas, no será posible integrar positivamente todas las
diferencias. De hecho, el colectivo feminista negro prioriza la individualidad
para la creación de su ideología.Sin embrago, esta crítica no es una reafirmación de
que en realidad somos negras y asumimos orgullosamente los trabajos más
pesados, somos y seguiremos siendo pobres. Cuando en realidad esas son las
experiencias que históricamente nos atraviesan
y obligaron a vivir.
De hecho, lo que plantea
una propuesta desde la perspectiva de la experiencia individual es
paradójicamente la construcción de la resistencia como grupo que padece las
peores discriminaciones –una vez más: no sólo por el sexo, también por la raza
y la clase-. Así, la experiencia viene a ser simplemente ventajosa, pues da
cuenta de intersecciones que no pueden determinar otras feministas de discursos
dominantes; por supuesto tampoco reafirma prácticas sexistas ni permite la
disposición a escenarios de conflictos de intereses.
El black
feminism considerará, así, la pertinencia de autoreflexiones que alimenten
una problemática de mujeres negras discriminadas racialmente y por las demás
condiciones ya expuestas. Ello conllevará siempre a críticas tanto de las
realidades vividas como sujetas de color,
como de los contextos en que se evidencian las realidades.
HILL COLLINS, Patricia. “La
política del pensamiento feminista negro”, en Marysa Navarro y Catherine R.
Stimpson. ¿Qué son los estudios de mujeres?.
Fondo de Cultura Económica, México, 1998. Pág.: 268-284
El artículo aquí publicado fue en principio un trabajo de clase para una de las asignaturas de crucé terminando mi pregrado. La versión editada se encuentra en http://issuu.com/abisalcolectivo/docs/rebelionfeminista con imágenes de Luna Xatli.
ResponderEliminarTraigo a colación este ensayo justo después de "Raíces en su esplendor", a favor de darle la razón al Sr. Bela Kindelán: las prácticas racistas y sus discursos manipuladores en tanto subconscientes, subliminares y/o explícitos me molestan y me quitan aliento. He llegado a alterarme en la calle, no más al ver o escuchar comentarios que denigran tradiciones y colores diversos del mundo; como si la vida fuera monocromática o el castellano o el español tuvieran formas estándares!!!!
En fin... lo absurdo que llega a ser la realidad me toca sin vergüenza ni pudor. Y la nefasta ironía de la evolución humana se concreta, entre otras cosas, en eso que me choca y me pone los pelos de punta. En conclusión: las mil y una forma de racismo sí que me hacen arder el estómago!!
Y en mi minimalismo más casual... Oyyyyeee... Laura Cristina, no jodas más que si te categorizara, tendría que decirte que por alguna extraña razón el color de tu piel no corresponde a tus rasgos! Disfruta tu belleza. .l. (Léase con la intención de usar el "emoticón favorito")