En la incertidumbre de un ensueño


He venido por meses a Petrona en busca de una o dos cervezas. En ocasiones me he quedado para disfrutar de la tercera o de la buena música de su dj. Sin querer ligar con ninguna chica, ni que nadie perturbara mi tranquilidad, me iba después de haber quedado estaciado del buen placer que me brindan un par de Club Colombia o la mixtura de melodías comerciales y; sobre todo, cuando el sueño me vencía.

Hace ocho días -y después de mucho tiempo de no haber regresado allí un fin de semana- una chica nueva me atendió sin saber qué trago me tomaría. Claro, ya estaba acostumbrado a recibir mi cerveza sin siquiera abrir la boca o levantar la mano. No obstante, tuve la oportunidad de encontrar una sonrisa en la que me deleité el resto de la noche. Aunque sin premura mantuve mi total discreción, al final de mi noche no pude evitar dejarle un papel con mi -un poco inentendible- letra: "Si mi lívido, en algún momento, volviera a tener la apariencia de sueño..."  allí aparecerás sin convicción de remordimientos.
Me perdí en la sonrisa producida por mi petición de un shot de whisky puro. Luego, pedí un shot de ron, solamente por querer sentir nuevamente mi piel erizada a causa de una sonrisa y un batir de cabellos en mi cercanía. Esa chica me regaló un par de instantes de teletransportación en dirección a los ensueños de un ayer, sin opción de compra de un billete al hoy traidor carente de ilusión. Mi hoy, está más pegao que nunca a la corteza: es la pura acción del campo magnético debajo de mis sensaciones.

Ahora, me tomé el atrevimiento de preguntar su nombre. Para sorpresa mía, es un nombre revelador de hazañas, coincide con buen futuro, pasos agigantados, sueños cumplidos por doquier, confianza y siempre ganas de superar expectativas; un nombre de fragilidades afectivas cuando no hacen caso a los buenos consejos pero sí al corazón y a la persistencia de alguien a quien se le guarda gran aprecio.

En una noche de fin de semana, soy capaz de encontrarte por las sendas de la felicidad virtuosa. Veo en tus ojos futuros siniestros evitados y unos labios delgados leyéndome. Acaricio la silueta de tus vaivenes solicitados más las cordialidad de una buena actitud.

Creo que tendré que empezar a finiquitar el visado para una eventual experiencia contigo. Si me dejas avanzar más allá de tus fronteras, entonces, me prepararé para una dósis de dulzura inminente.
Dejaré que tu boca articule mi expresión y tú decidas qué pasará.


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