Si ya me conoces, entonces me reconoces como un enemigo asiduo de los besos. No importa cuál sea la manifestación del beso, me patea de la misma forma. Pero uno en el cuello me deja sin aliento y es el toque que considero irresistible. Me debilitan unos lindos labios impresos en mi nuca, deslizándose por mi manzana, deseosos de besar otras partes.
Yo devuelvo una sensación más intensa al acariciar con mis labios, mientras mis dientes aprietan tu piel.

Comentarios

Entradas populares de este blog

RELATOS

Devoto

ASÍ