Se comercializan franjas de tiempo utópicas que la gente común ha renegado para olvidar la inexistencia de la laconía subyacente y de la prisa explicable en el reloj imparable. Aquí los artículos son intangibles y lo abstracto ya no es; las tíldes se desvanecen y la gramática es un cojín que recibe los pedos del inframundo perspicaz. 

Espectadores: si os equivocarais de url y hubierais pensado que desde siempre habéis vivido en el mundo de domicilio errado, entonces sabréis que esto va de vida y de incongruencias insatisfechas.

Recibid todos vuestra dosis mínima de sensaciones sin consuelo, mártir ni reproches tardíos.

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