Miedo más Miedo

A veces tengo miedo del sol y del viento,
Miedo de la prudencia y de la inocencia;
A veces tengo pánico, a veces poco miedo.

¿Cuánto miedo tengo de fingir o de aludir
Que tengo miedo de tener este frío miedo?
A veces de ser feliz sin atreverme a morir.

Siempre tengo miedo de que me hagan caer,
De tropezar sin esperanza, de bien aterrizar
Y efectivamente caigo sin saberme levantar,
Siempre me levanto a medias, caigo fuerte.

Luego el miedo es mayor, sin remedios,
Sin cura, nunca ha sido confidencial.
Cualquier cosa me hace temer más
Con el presagio de la desmotivación,
Que encuentra en cada insatisfacción
Su alimento para mi usual depresión.

Nada es verosímil, tampoco efimero;
Cada tranca es la suma de mis miedos.
No tengo cuerpo: lo ha consumido el pensamiento pesimista,
Para los pocos que existo soy un cero negativo,
La suma de las desgracias, un mal de desperdicios.
Tenue, miedoso, desesperadamente intranquilo
En la magia de otros que han consumido mi vida.

Ya le temo al tiempo que me convirtió en olvido,
Le temo al olvido que refundió mi memoria,
Le temo a la agonía del placer que me traicionó,
Le temo a la personalidad que no me demuestra quien soy,
Le temo a mis hazañas que ni siquiera fueron sueños,
Le temo a la esperanza que nunca encuentro,
Le temo al ayer, al mañana y al hoy, que me atasca;
Le temo al día, a la noche y a la misma paz;
A mis guerras vividas, siempre pérdidas.

Tengo miedo de brillar porque me opacan.
Y miedo de actuar porque me delatan.
Tengo miedo del miedo y sus miedos,
Confabulados con los míos causan pleitos.

Porque siento temor de mi mismo, pues tengo miedo.
No hay salida a mi miedo, ni busco su solución.
Mi muerte es mi miedo y mi miedo mi decepción.

A veces puedo tener miedo también de lo infalible,
Miedo de lo contrario y lo propio a lo tangible.
A veces tengo pánico o temor, a veces poco miedo.


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